Terapia cognitivo conductual
La Terapia Cognitivo-Conductual, es un modelo de intervención en clínica psicológica muy desarrollado, respaldado por numerosos casos y estudios empíricos que demuestran su eficacia, y avalado por la OMS (Organización Mundial de la Salud)
La Terapia Cognitivo-Conductual posee cuatro pilares teóricos básicos:
- Condicionamiento Clásico (aprendizaje clásico), desarrollado en base a las investigaciones de Ivan Pavlov y continuado con los trabajos de John B. Watson, donde se observa que la asociación o apareamiento de un estímulo incondicionado con un estímulo neutro provoca que posteriormente la persona responda al estímulo neutro con la respuesta que emitía ante el estímulo incondicionado.
- Condicionamiento Instrumental u Operante (aprendizaje instrumental), desarrollado por F. B. Skinner. Proceso por el cual los comportamientos se adquieren, mantienen o extinguen en función de las consecuencias que le siguen.
- «Teoría del aprendizaje social» (aprendizaje por modelado), planteada por Albert Bandura, desde la cual afirma que el aprendizaje no sólo se produce por medio de la experiencia directa y personal sino que, fundamentalmente en los seres humanos, la observación de otras personas así como la información recibida por medio de símbolos verbales o visuales constituyen variables de gran importancia
- Modelos cognitivos (aprendizaje cognitivo). Aaron Beck y Albert Ellis desarrollaron de manera independiente sus dos modelos de intervención terapéutica denominados, respectivamente, Terapia Cognitiva y Terapia Racional Emotiva; en lo esencial, coinciden.
Ambos hacen hincapié en las influencias que el pensamiento ejerce sobre las emociones. El pensamiento de un individuo refleja su sistema de interpretación del mundo, un conjunto de creencias, supuestos y reglas subyacentes (modelo de mundo) que por lo general no son plenamente conocidas por las personas.
La intervención terapéutica en Terapia Cognitivo-Conductual se estructura en tres pasos. El primero contempla la evaluación cuidadosa del caso, se refiere al momento de formular hipótesis explicativas acerca de los problemas que trae la persona y trazar los objetivos del tratamiento. Esas hipótesis conducen a la segunda fase, la intervención propiamente dicha, vale decir, el empleo de técnicas terapéuticas orientadas al logro de los objetivos planteados. Finalmente, la tercera fase, el seguimiento, consiste en la evaluación de la aplicación de programa terapéutico y la realización de los ajustes necesarios para el mantenimiento de los cambios.
En resumen, el modelo cognitivo-conductual constituye un movimiento contemporáneo de integración mucho más amplio que un paquete de técnicas. Posee principios éticos y bases filosóficas y metodológicas determinadas, acordes a la precisión y especificidad de las ciencias del comportamiento.
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